lunes, 26 de marzo de 2012

Camaleón de agua


Muchos de mis descubrimientos han sido fruto no tanto de mis investigaciones de campo, como de las horas que he dedicado a escuchar los cuentos y leyendas que desde siempre circulan en boca de los hombres y mujeres de Anad, y cuya existencia constituye uno de los orgullos de la cultura local. Valga como ejemplo el relato que sigue.
Una tarde mientras mataba el tiempo pescando junto al rio principal de Anad, de nombre larguísimo e impronunciable, escuché de uno de mis vecinos la historia del camaleón de agua. Según parece, esta variedad de camaleón tropical se había adaptado con éxito al medio acuático, con el consiguiente cambio de coloración de su cuerpo, que ahora había pasado a ser transparente. De este modo, explicaba mi vecino, el camaleón se había hecho invisible a los ojos de los hombres. Luego añadió:
“Son precisamente algunos de estos hombres los que han hecho del camaleón una figura legendaria, dando origen a una secta religiosa de dudosa naturaleza. En ella, el hombre que excepcionalmente logra contemplar por un instante la silueta de un camaleón de agua es considerado por sus compañeros un santón, al que se debe respetar y privilegiar.
La prueba de tal aparición es la repentina ceguera en los ojos de quien la presencia, ceguera que sólo se cura con el tiempo y una demostración pública de humildad -en forma de plegaria o letanía- donde se afirme que, lejos de haber visto al camaleón, ha sido él quien se ha dejado mostrar a los ojos de uno”.


Jordi Doce

2 comentarios:

  1. Como siempre, encuentro cosicas bonitas en tu blog...besos

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  2. Sin duda una estupenda fuente de sabidura. La metáfora de la cegera sobrevenida como consecuencia de haber contemplado 'la verdad', da un juego enorme.

    Gracias.

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