domingo, 21 de agosto de 2016

Festejos

 
No acabo de creerme demasiado esa alegría desbordante y unánime que prolifera en todo tipo de festejos; veo tantos rostros manchados de tedio, tantos cuerpos llenos de cansancio, que muchas de esas risas me parecen nada más una impostura, casi una especie de medicina que uno toma a la fuerza y que, a la postre, resulta nada más que un efímero placebo.

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